viernes, 29 de agosto de 2008

continuación.

todos los científicos peleaban raudamente por tener la mejor teoría a el repentino apagón de luz natural. todos sin embargo se equivocaron, en primer lugar, al decir algo relacionado con su campo, y en segundo, al ignorar la opinión que un niño tendría por considerarla idiota: qué tal si el sol se cansó de alumbrar? y se fue a dar unas vacaciones?
muchos no consideraron esto, porque dicen las malas lenguas: ver para creer. pero en una oscuridad absoluta mirar hacia el cielo es lo mismo que mirar con los ojos cerrados.

el primer día pasó y sin que se dieran cuenta independiente de los relojes, se hizo noche. los del otro extremo del mundo nunca lo notaron hasta el día siguiente.

todos despertaron aunque más tarde de lo normal. la razón? un ahorro energético inminente de parte del gobierno con el siguiente mensaje: no sabemos hasta cuando durará este apagón de luz natural, los mejores científicos lo investigan y mientras debemos ahorrar energía puesto que si se nos acaba sería nuestro fin. la que le hemos quitado a los hogares será devuelta con una mínima disminución que será destinada a los invernaderos de alimentos.
muchos se quedaron en su casa esperando que el odioso padre desde ahora se le ocurriera volver a alumbrar y volver a la normalidad.
un obispo conocido sentenció como el fin del mundo, así como se había hecho la luz, dios la había deshecho para demostrarnos el grado de dominación que aún tiene por sobre nosotros.
las familias trataron de vivir normalmente, aunque sin ver ni un atisbo del mundo que construyeron o destruyeron, según el punto de vista, con tanto esmero.
los espectáculos se suspendieron, las calles se anegaron de autos descompuestos, algunos intentaron aprovecharse de la situación robando, cosa que a nadie le importó y los menos rezaron como nunca, rezaron por volver a la falsa inestabilidad de antaño.
las parejas se divorciaron, los niños maduraron, los abuelos perecieron y la vida pareció avanzar rápidamente, ignorando el ciclo día-noche al que tanto nos habíamos acostumbrado.
de pronto, o más bien con el tiempo, los ojos de las personas ya sin esperanzas se empezaron a acostumbrar a la oscuridad con una falta evolución, empezaron a ver cosas que habían olvidado, los niños volvían a ser niños, los adultos se comprometían y los viejos eran longevos. de pronto el día volvió a ser como antes, pero esta vez nadie lo notó.
y...
la verdad nunca se supo.