sábado, 12 de diciembre de 2009

Veraneo!


Siempre que escucho o digo la palabra veraneo viene a mi mente: la playa.
Esa playa fértil pero estéril, amable pero odiosa, triste pero sobrepoblada.
Qué rico sería estar allá. Con los pájaros dodos volando sobre uno. Qué no se puede? bah!
Ahora, en unas cuantas horas más parto a la playa junto con personas que he estado muchos años. El colegio, suena eso?
En estos días es gracioso ver a escolares con el uniforme asándose con el calor del verano y uno, ya egresado, ya triste, ya feliz, sin tener que pensar en la lista de útiles del próximo año.

Lo que quiero de la playa: No tomar demasiado. Leer harto. Que me dejen dormir. Hacer deporte. Que no ocurran accidentes. Olvidarme del futuro.
Lo que no quiero de la playa: Quemarme mucho con el sol. No poder escuchar música. Que nos peleemos. Que se queme la casa.

Tengo la tincá de que lo más probable es que lo que no quiero, ocurra; y lo que quiero, no ocurra.

Ayer fui a donar sangre. Ni muy novedoso ni muy doloroso. Es como para ir otra vez. Lástima que haya que esperar tres meses.

Finalmente se convence; Por La Fuerza De la Razón, qué frase nacional acá?

y, sigo enamorado de Summer.