sábado, 26 de mayo de 2012

Valle del Elqui

Como todos los años, tuvimos vacaciones de mitad de semestre, las llamadas vacaciones anti sucidio. Y con Martín, con un presupuesto harto menor que el del año pasado, decidimos viajar a la región de Coquimbo, e ir a acampar al valle del elqui.
Partimos el día domingo, no tan temprano como queríamos pero logramos salir de santiago solos, en micro.

Con el x mini en todo momento apañandonos con la música, y mucha yerba en nuestros bolsillos, partimos, y después de muchas horas en un camión un poco aburridos, llegamos al fin a coquimbo.
La mala suerte de quedar tirado en el mismo lugar que en el verano, caminar mucho, dormir en el terminar y terminar tomando un bus, para al fin llegar al preciado valle.

Sabíamos de antes a qué camping ir, pero como los dos somos giles, llegamos allá sin saber el nombre del camping ni nada, sólo que existía. Nos encontramos con unas patagonas que nos recomendaron el Salar de Barbosa, una comunidad ecologica que era camping también.

Nos dedicamos principalmente a consumir drogas y a dormir.
Tuvimos una experiencia, nuestra primera experiencia con lsd.
Y la verdad es que fuimos tan cautos al consumir, además de tirarnos una dosis tan baja que casi no nos hizo efectos.

Y sin una pretención literaria tan clara, pude sentirnos como Ulises Lima y Arturo Belano, durmiendo en una carpa, despertando para seguir durmiendo y pensar, simplemente pensar.

Entre los días de descanso, arrendamos unas bicicletas y seguimos el camino, pedaleando constantemente, en las subidas con un sol que te hacía bajar, caminar o sentarte.
Sin agua llegamos a un pueblo artesanal, fuimos a un riachuelo a fumar y disfrutar unas cervezas.
La vuelta fue genial, alcanzar velocidades muy grandes, curvas muy peligrosas sin usar los frenos, y esa música que palpa tus oidos, susurrando ideas, sensaciones.

Ya el último día conocimos a Aude, una francesa que llevaba viajando por América ocho meses.
Nos llevamos bien altoque, bacilamos bueno y como la noche era muy helada terminó durmiendo en nuestra carpa.

Al volver, se venía un temporal, así que optamos por lo seguro y nos vinimos en bus a santiago. Llegamos acá como a las cinco de la madrugada, el auto del papá de un conocido de la U no estaba esperando y nos acercó bastante el camino.
Estaba esperando la micro, viendo cómo gente se levantaba temprano para ir a algún lugar, y otros que se acuestan tarde para volver a otro.

Llegué muy cansado a mi casa, me duché, tomé desayuno, revisé un par de redes sociales y dormí, dormí denuevo en mi casa.

Ahora, ya ordené, puse la hamaca y me preparo para estudiar, o al menos ese es el plan.