miércoles, 19 de octubre de 2011

Después

De un día terriblemente cansador puedo escribir, acostado en mi hamaca, que quedé satisfecho. Pinté, taladré, atornillé, limpié, aspiré, ordené, me subí al entretecho, me tomé una lata, hice nudos y ahora estoy acostado. 
Tengo un poco de frío, me sigue gustando esa diferencia de temperaturas. Cómo en el día paso mucho calor (en especial hoy) y ya en la noche mis pies se enfrían, la mejor excusa para enfermarme. 

Armaré un tabaco, pondré el cenicero en mi pecho y me relajaré. Después, cerraré la ventana, me sacaré los pantalones y a la cama. Mañana debo salir temprano. Me parece que la última vez que salí de mi casa a las 7 fue hace años. Creo que fue en marzo.

Es triste, como que ahora no queda nadie que comente.
Lo arruiné todo denuevo (?)

Por segunda vez

Tuve el mismo sueño. La primera vez desperté con una sonrisa, la segunda vez desperté y me dije: para de soñar esta weá, no podis ser tan weón.
A fin de cuentas, era un final feliz.