martes, 12 de junio de 2012

Incienso

Recuerdo hace muchos años que mi hermana me regaló una caja.
Más bien una cajita, no muy grande que dentro contenía unos cuantos inciensos con forma de hoja.

Se fueron acabando de a poco, como es natural. Primero el que era mi favorito. Eran hojas de color verde, con un aroma un tanto indescifrable, pero agradable.
Y hoy encendí uno de los últimos que me quedaban.

Y mi papá me regaló un enrolador y soy feliz.
Y me dijo. transmites lo que lees, y me preocupó.

Cuando leo a Bukowski

Siento que la vida es una mierda.
Pero no es una sensación mala, es sólo saber que la vida no siempre es buena, no todo sale bien con solo querer que las cosas salgan bien.
No hay justicia divina esperando para rescatarnos, simplemente la vida es, y te conformas y vives feliz o crees en algo para no creer que no hay nada.

Y leo y lo desprecio.
Y leo y lo envidio.
Y leo y lo admiro.
Y leo y me repugna.
Pero por sobre todo, leo y sé que quiero saber algo, pero no lo sé.


Hoy mi mamá hizo queque de zanahoria. Antes no me gustaba el queque de zanahoria.
Recuerdo que había y yo comía, pero no era que me gustara.
Hasta que un día, no recuerdo por qué, me empezó a gustar.
Así como el agua mineral con gas.
Y un montón de cosas más.

Por culpa

de la ventana culiá, y porque soy demasiado gil también, me resfrié y ahora tengo que secarme el pelo.
Y no quiero salir con lluvia.