Me acuerdo de sus manos, mientras escucho Demoliendo hoteles, y leo la segunda parte de la trilogía, súbitamente viene el recuerdo.
Horas después, me levanto súbitamente del sillón en el que estoy leyendo y escuchando música, porque me acuerdo de la quinta. Y descubro que tengo un correo, de esos que te avisan que hay un nuevo comentario anónimo, y luchando contra la desesperación de leer qué dice, termino de escribir esto antes.