jueves, 16 de febrero de 2017

Queda un mes

Para embarcar en dirección al Atlántico y llegar al continente más perjudicado del desarrollo occidental, y ahora, "mundial", y estoy lleno de sensaciones que no entiendo. Por una parte, el nerviosismo y las ansias no son lo que está predominando en mi cerebro, sino más bien hay sensaciones y emociones que no deberían estar apareciendo a un mes de partir. Tales emociones me eran ajenas y ahora parecen el telón que se instauró para quedarse, distrayéndome de todo lo que falta por hacer. Fue más bien un giro en el timón, ya que en realidad el telón sigue siendo el mismo.

En ello falta que: termine las sesiones del kine (faltan 8!), vacunarme (entero caro :(), sacar pasaporte, terminar de equipar la bici, hacer la ruta, y pedir alojo en Ciudad del Cabo.

Llego a una de las ciudades más bellas del mundo, ubicadas al igual que mi querido Santiago, a las faldas de las montañas, pero a diferencia de nuestro valle, Ciudad del Cabo está encima de.... un cabo!. El mar baña la costa, exultante, estremeciendo sus aguas al compás de la mezcla que se forma en la unión de las corrientes del Atlántico y del Índico, bullendo en vida submarina.


Pero antes, debo terminar el paper con el que me calcé después de la tesis. A pesar de tener todo listo y solo tener que traducir, todo lo anterior ha mantenido un estado de procastinación y desvarío, por lo demás, encantandor.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Fue un sueño

Fue un sueño que llevo ya mucho soñando.
Desperté con la sensación desvaída de felicidad y tranquilidad que había conseguido por otros medios.

Es que todo ocurría tal yo quería.

lunes, 13 de febrero de 2017

SUAAT

Como suena, hace soñar. 

No pensado antes, incluso insospechado es de aquellas rebeliones que encantan y conquistan. La percepción debe cambiar para poder sospechar siquiera en uno mismo. Bueno darse cuenta.