jueves, 1 de febrero de 2018

Que por qué ya no escribo

He leído mucho este último tiempo, dedicado en tiempo y mente a comprender por qué, y cómo, el mundo está así.
No permanecer ajeno a los cambios, al orden predominante, a la historia. Así, Svetlana me contaba con su suave, profunda y terrible prosa las horroridades de la humanidad, de la guerra, el impacto y el sufrimiento. Me paseó por la Gran Guerra Patria, mostrando el pasado histórico, para luego ir a Afgan y mostrar qué tremendo es el impacto de las decisiones políticas de las grandes potencias. Y cuán actual es.
Miles y miles de veinteañeros muertos, mutilados, traumados, y abandonados. Abandonados por un estado que los utilizó y luego los dejó a su suerte.

Ahora, de vuelta a Kapuscinski me cuenta la historia de Irán, y como la monarquía a través de una dictadura terriblemente represiva atrasó el desarrollo, quedándose con las riquesas de un país inmensamente rico, digamos, petrorrico.

Bajo esa pespectiva no es muy agradable contar nada, aunque es cierto, dejé de escribir las cosas buenas también.
Cosas buenas como el amor, las relaciones lindas y la amistad, que tanto llenan mi vida de felicidad, de ánimo y ganas de seguir vivo, esperando expectante qué nos depara la vida.

Los viajes!
Las ganas de viajar, de no tener horario para ir a trabajar y poder amarnos hasta la hora que queramos. Que la libertad de regalonear de los fin de semanas se alargue hasta cuando queramos, que podamos disfrutar de paisajes maravillosos sin pensar en tener que volver, conocer gente interesante y poder gastar todo nuestro tiempo en, además de amarnos, disfrutar y vivir y sentir el placer de estar vivos.

Las ganas de construir, construir con sólidos cimientos una vida juntos. Pensar en el futuro, en cómo nos hacemos adultos de a poco, juntos, y empezamos a proyectarnos de otra forma, nos entendemos y nos queremos, nos queremos juntos por mucho tiempo en el futuro.

Cómo deseo pasar cada momento contigo, si es un pequeño almuerzo en la semana en que nos podemos ver, si es salir juntos, tomarnos las manos, conversar y soñar. Contarnos nuestro pasado, reir y amarte.

Felicidad pura.

Así que si no escribía, es de flojo, el mismo motivo por el que no estoy haciendo ejercicio. Pero como decidí volver al ejercicio, volveré a la escritura.

Gracias mi Musa por toda la inspiración, compañía, compañerismo y amor!!

--
Felipe 

1 comentario:

Anónimo dijo...

La musa fue tal!
Mi amor
F