jueves, 14 de junio de 2012

Has sentido esa sensación

Un poco parecida a otras, pero totalmente distinta.
Es una mezcla de miedo, de exitación, de ansiedad y algo que no sé describir.
Pero el corazón palpita fuerte.
No rápido, pero sí fuerte.
Y es cuando sabes que pelearás y lo único que quieres es abrazar, besar y no pelear.

Y lo sientes raro, sientes el corazón y te acuerdas de ese poema de Bukowski que en su momento te gustó y que incluso memorizaste. Uno que habla de un pájaro azul.
Y no te sientes bien porque sabes que con cada pelea te endureces más.
Y encuentras que ya es suficiente.
No quieres ser un tipo duro.

Y no quieres más pelear. No con quien amas.

Unos ciento veinte días.

Han pasado desde que te vi en una feria allá, miles de metros por arriba de nosotros.
Desde que pensé en ti como en algo más que en una desconocida.
Desde que el viaje fue algo más que un viaje, fue algo de verdad significativo en mi vida


Unos sesenta días.
Han pasado desde que estuve muy preocupado porque no sabía en qué momento entregarte esa rosa tejida, con la que quería formalizar nuestra relación.
Desde que sufrí porque quizás no ibas a ese cumpleaños.

Y lo peor, ciento veinte días después, nos peleamos porque no sabemos hablar entre nosotros.

Y ciento veinte días después de conocerte, puedo decir con toda honestidad, y de modo seguro, que te amo.