lunes, 3 de septiembre de 2012

While my guitar gently weeps

Después de casi tres años desde que escuché por primera vez a Pedro Aznar, en ese parque O'higgins lleno acompañado de esas personas que siempre han estado y otras que no están, encontré al fin la canción que hizo que me gustara.
Fue un poco de suerte, un poco de añoranza, pero ahora que tengo la canción que quería la pasaré al ipod y podré ir escuchandola, suavemente, en esos viajes interminables en micro.

Estábamos hablando con Martín, ya había pasado el arrebol y salían las primeras estrellas, de amores y desamores. En eso le dije: cállate, escucha la canción que este weón está tocando, y disfrutamos en silencio casi toda la canción.
Después vino el reconocimiento de Décimas, para luego irnos, un poco embriagados por todo lo que había pasado ese día.

Ayer, había decidido junto con muchas otras cosas dejar de bloggear.
Ya no me interesaba como antes, y dentro de las últimas cosas que han pasado en mi vida no me sentía cómodo exponiendo todo acá, con la simple excusa de querer escribir. Seguiría escribiendo, pero dejando todo como un borrador, como usualmente expresamos lo que no queremos decir.
Pero de pronto me metí al blog, vi que Troche había subido una nueva foto (el gato lo saqué de su blog) y me animé. Por qué no?

Ya no estamos juntos y todo es raro. Creo que me he convencido de a poco que no me gustan las situaciones en las que no sé nada, y esta es una de ellas.
No entiendo, y las cosas que sé no sirven de mucho para poder pensar.
Pero de a poco vuelvo a entender todo. Poco a poco. Pasito a paso como dirían las hijas de mi prima.
Pero luego todo se desmorona denuevo, y no entiendo nada y no quiero nada.

Cosas que hice:
Dejé de usar el aro en la oreja.
Me afeité el bigote.