sábado, 8 de octubre de 2011

La luna

Caminaba ayer con una botella plàstica en mi mano, con cerveza dentro. No caminaba rapido, disfrutaba el momento y el frìo de la noche. La Antillanca no estaba muy helada, no era tan rica como podría haberlo sido, pero eran las 5 am y quería volver a mi casa.
Crucé San José de la estrella, caminaba lento porque además la zapatilla me rompía el talón del pie, cuando vi la luna. Era una luna creciente, de un color amarillento, pero gigantesca. Me quedé un ratito en el bandejón central, viendo cómo pasaban los autos. O más bien, sintiendo cómo pasaban los autos, porque estaba viendo la luna.
Hice incapié en recordarla, estaba un poquito borracho y queria escribir de ella.
Resultó.

Me lamenté no haber andado con una cámara, de veras que se veía genial.