sábado, 28 de mayo de 2011

Sueños frustrados

Estoy no-estudiando y en facebook leí por allí cuál es tu sueño frustrado.
Era una de esas encuestas que aún no sé cómo contestar. Lo que respondió mi amiga de facebook era fotografa y bailarina.

Pensé. Cuál es mi sueño frustrado?

No puedo encontrar alguno. Osea, algún sueño que se relacione de manera directa con mi futuro y lo que quiero ser cuando sea grande. Suena raro ya hablar así a esta edad.
Por ahora sólo estudio. Y carreteo. Y trabajo.
Quizás en ese orden.

Y sí, faltan cosas a mi vida.
Tal vez algo tan simple como un sueño frustrado.

Cosas que haré cuando terminen las pruebas:

Aprenderé a tejer.
Tejeré guantes y manguitas.
Leeré todos los libros que me traje desde Argentina.
Contrataré un plan para el celular.
Acamparé o saldré al menos una semana con mis amigos.
Compraré un vino en botella caro.
Tomaré el vino de la botella, sin vasos de por medio.
Iré al café literario de salvador.
Iré al café literario de bustamante.
Tendré botas de cuero y pisaré las posas de agua después de que llueva.
Me conseguiré una bici e iré al cajón del maipo.
Sacaré el libro.
Tomaré mucho mate.
Me comparé un termo.
Y tantas cosas más haré, como decían The Beatles, within you, without you



No quiero soñar mil veces las mismas cosas.

Ya llevo como tres noches soñando una variación de un sueño.
Es bonito, pero la idea no es quedarse soñando po, o sí?

Cuarto día

Despertamos con caña.
Yo salí prendío. No tenía sueño y tenía esa herida fea y abierta en mi pierna. Me dolía caleta.

Me levanté y fui a recepción. Pagué lo que debía del taxi del día anterior y revisé el correo. Subí y desperté a Martín. Eran como las 2 y teníamos que salir a comer. Lo levanté.
Juan estaba cocinando las papas que sobraron del día anterior, así que almorzamos con él.

Queríamos conocer el Parque San Martín. Fuimos al centro a reservar pasajes para el día domingo y buscamos un lugar donde vendieran tarjetas Red Bus. Algo como la tarjeta bip pero de Mendoza.
Caminamos mucho, esperamos la micro y nos subimos.
Llegamos al parque y no bajamos. Fue algo implícito. Ambos queríamos seguir allí.
La micro seguía y seguía. Terminó el pavimento y se adentró en caminos de tierra. Luego en unos cerros. Veíamos como personas bajaban y subían. Nosotros en silencio, los mismos asientos.
Llegó al final del recorrido. Todo denuevo.
Volvimos al centro, llegamos al hostel. Me sentía mal.
Dormí.
Martín salió.
Dormí.

Me desperté y ya era de noche. Comí algo. Quería salir a comprar recuerdos.
Me compré un bolso.
Una bombilla para el mate.
Una alcancía de papel maché.
Una pipa de agua.
Un cinturón para mi Mamá.

Gasté toda mi plata argentina.
Volvimos al hostel. Vimos películas, jugamos juegos de mesa.
Nos fuimos a acostar, al otro día nos esperaba un día pesado.