sábado, 28 de noviembre de 2009

Discurso.

El colegio, ya puedo decir, quedó atrás.
En la licenciatura, yo fui el que dijo el discurso y acá va.

Buenas noches comunidad escolar Rosario Concha, especialmente, compañeros y profesora de 4º Año Medio 2009:

Compañeros! Hasta hace unos días estaba preparando un discurso totalmente opuesto a éste. Era más expositivo y mucho más serio, la verdad, no quería algo emotivo, no quería sensibilizarme ante ustedes. Sin embargo, cambié de opinión, justo a tiempo!! Quise que fuera finalmente, un PARACURSO!.

A modo de despedida, durante el último tiempo que estuvimos en clases, tuvimos la oportunidad de escucharnos a través de distintos discursos. Personalmente pude detectar que la mayoría coincidía en tres puntos claves de nuestro caminar por el colegio: kinder, octavo básico y primero medio.

Sí, kinder representa la inocencia de nuestros corazones y las esperanzas de nuestros padres, el tiempo en que por primera vez nos pondríamos éste uniforme, como dijo una respetada compañera, de pingüinos, acompañados de mochilas de barbies o de powers rangers, según yo, tontamente llamados héroes infantiles. Pero bueno, eso no lo sabía en ese entonces. ¿Les suena la frase “colación compartida”? eso sí que era entretenido.

Octavo básico, simple y sencillo para mi mente matemática, una selección de alumnos, unos se quedan y otros se van, qué lástima! Para qué tanta alaraca, perdonen mi falta de sensibilidad, pero la vida continúa y los que nos quedamos hoy, precisamente hoy, sabemos que fue la mejor selección que se ha hecho en este colegio, o no?

Primero medio, mucha antipatía entre nosotros. Las letras A y B aún traían un significado territorial, que se sintió desde un principio.
Verdaderamente parecían, perdón, pareciamos, animales peleando por lo suyo.
Aunque esto pueda sonar un poco fuerte, fue lo determinante de la personalidad propia del curso. Sirvió para conocernos. Sin darnos cuenta, poco a poco nos fuimos uniendo de una manera inexorable.
Adoptamos nuestra impronta, que nos ha acompañado hasta ahora.

A pesar de haberle encontrado lo suyo a estros tres puntos, quería detener lo prosaico de todos estos discursos y escribir algo distinto… seguramente por esa razón es que hoy estoy plantado ante ustedes, creo que logré escribir algo diferente y he sido escogido, cosa que me honra en lo profundo, de decir, decirles a ustedes lo que pienso y siento, pero a mi manera, ustedes saben… la historia creo que fue así:

Antiguamente, no existía un colegio como tal, los conocimientos se traspasaban de mentor a discípulo. Luego vino una especie de sobreproducción de alumnos, al parecer empezaron a pensar que nos teníamos que educar, y qué mejor invento que el colegio! Pasamos 13 años de nuestra vida dicha institución, algunos más, pero hablo genéricamente. Son 13 años en los que tuvimos que aprender a convivir con personas y costumbres nuevas. Gran parte de este proceso, lo hicimos sentados, sí, sentados y escuchando a veces contenidos mínimos obligatorios, no muy mínimos ni entretenidos, pero bueno, el ministerio lo estipula así, los profes nada que ver en esto.

Volvamos al principio; en kinder yo veía como imposible salir del colegio! Imagínense! Pensar que tendríamos que estar en el colegio dos veces lo que habíamos vivido hasta ese entonces! Uno entra con 5 años a kinder y sale con 18 de cuarto medio! Cuando lo pienso ahora me parece abismal, aunque igual se me pasó rápido, cuando miro hacia atrás no veo esos 13 años abismales, sino que veo más bien como un tiempo oscuro, como si mi pasado estuviese cubierto por un velo y parece pequeño, pequeñísimo, algo infinitesimal. No malo no feo, pero no recuerdo mucho como era antes. Se pasó rápido.
Y, la verdad, qué son 13 años si los comparamos con la eternidad?
Pero ya se acaban, se acomoda a: “todo lo que inicia, termina”. Aunque sean 13 años.

Queda poco tiempo para que esto se acabe, un par de días y chao. Es lamentable que las palabras y las promesas se las lleve el viento. O más bien que las pisoteen las personas. He escuchado muchas veces que seguiremos en contacto, que no nos olvidaremos los unos a los otros, pero hay que tomar en consideración que cada vez nos distanciaremos más como curso, como un ex curso. Ya no seremos más compañeros, el sufijo ex se delantará a ello. Excompañeros será la palabra.

Quizás nos siga uniendo por un tiempo el recuerdo de un polerón blanco que se ensucia con nada, pero, qué pasará en 20 años? O en 13 más, cuando los niños que estan en kinder ahora, y no se imaginan saliendo del colegio, se gradúen. Aún nos consideraremos una familia?
No creo, pero me gusta a veces imaginar que si.

Muchos de nosotros hemos conocido a nuestros mejores amigos dentro del colegio. Qué asunto más probabilistico éste. Falta sólo pensar que, si hubiesemos estado en otro colegio, quizás estariamos haciendo un discurso para otras personas, con otras palabras, para otros mejores amigos. Si eso hubiese ocurrido, no habríamos conocido a las personas que ahora consideramos amigos de verdad. Entonces, se han puesto a pensar si todo este grupo heterogéneo que seguimos llamando curso hubiese cabido en nuestra sala, si no estuvieramos azarosamente todos en este lugar?.
Si es que las peleas, si los buenos momentos, si las tallas que hubo entre nosotros, se hubiesen podido repetir en otro contexto?
Sin duda alguna, somos un curso único, formado por todas las experiencias maravillosas y fomes que hemos pasado juntos. Considero que son, somos, el mejor curso.

Una despedida, a tan pocos días de irnos no es muy estimulante. Qué tal un empujoncito (sigue siendo un eufemismo), que nos recuerde de donde venimos, y hacia donde queremos ir. Que nos quede un lindo recuerdo de este tiempo en que hemos logrado sobrevivir (13 años, insisto!), que el colegio no sea un mal pasado, sino que sea, quizás, la mejor etapa de nuestras vidas.
Aquí, se supone, aprendimos todo lo que necesitaremos en nuestra vida académica, pero también encontramos lo necesario para pensar, decir y actuar como seres humanos.

Y, por último me gustaria citar unos versos de Borges:

… Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que si has herido a un amigo duramente, es muy probable que la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en este instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que estan a tu lado añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se están marchando.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que quieres a un amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…


Muy buenas noches, gracias.


y, así quedó.