domingo, 30 de septiembre de 2012

Nada ni Nadie

Clok

Suena la segunda lata del día, al abrirla después de borrar todo lo que había en mi pizarra. Me quedó claro que ya no tenía sentido que siguiera allí.
Me volví a acostar, pensaba en que ahora es terrible que me empiece a dar alergia el pelo de mis gatas. Llego a mi casa y no paro de toser, aunque ahora con la ventana abierta se aligera mi tos.

No sé qué pasó con mi bicicleta. Es como si quisiera hacerme la carrera más difícil, y de pronto dejó de ser ella misma. No noté nada cuando la miré, esas fallas usuales, algún ruidito en particular. Sólo era como si no quisiera que la montase.
Así que otro pilar cayó.

Se me fue la imaginación.
Ahí quedó el post.