jueves, 27 de mayo de 2010

Lo malo del cine es que siempre hace frío.

En clases de computa, sentado al lado de la Nico derrepente me vino el pensamiento. Quise rescatarlo altiro.
Y es que es verdad, algo que siempre recuerdo del cine tanto en verano como en invierno es que es un lugar frío.
Además del piso pegajoso y esas cosas que hacen desagradable la convivencia en el cine.

Cuando fui a ver Te creís la más linda (pero erís la más puta) era distinto. Había un graan calentador de aire que hacía que fuera menos desagradable el frío y los asientos ricos y todo alfombrado.
como que se desvirtuó, las malditas nubes me roban la creatividad.

Hay algo mejor que subir al techo y sentir esa sensación de aire en la cara, nada por los lados, mirar para abajo y ver las cosas chiquititas que de cerca se ven tamaño normal.
Saber que hay que pisar bien el piso-techo y no sé, sentirse simplemente bien.
Creo que ese lugar será mi escape durante los seis próximos años, a menos que encuentre otro lugarcillo secreto.
Por ahí queda!