domingo, 16 de octubre de 2011

Nada salió

Como esperaba, pero terminó siendo un día bacán.
Pa desespertar y estar sin el cargo de conciencia de mi estado del viernes, vi Iron man nuevamente.
Después de que me llamaran, me animé a ir a San Felipe a carretear. La paja de ir al terminal Alameda y al llegar saber que no parte un bus hasta más de una hora. Ni un brillo en hacer hora, además, me tenía que devolver temprano en el auto de pivo.
Así que no fui, un poco desanimado iba a ir a la furia del libro. Solo? sí, como que no quería llamar a nadie, no queria ver a nadie. Quería estar solo. Llamé a Pedro para saber dónde era cuando me dice que está en la Moneda, en la marcha de los indignados. Así que pesqué mi bolso y partí pa allá. La micro que tomé se dio unas vueltas shuper locas, porque todas las calles del centro estaban cortadas. Después, me dio la wea y me bajé, quería bajarme nomás. Caminé hasta Alameda con España, y me puse a esperar a Pedro.
Escuchaba música. Pasé al Ipod que le regalé a mi hermano un poco de la música que hay en mi itunes. Era bacán escuchar música que hace tiempo que no escuchaba. Disfruté sus temas de the smiths y de radiohead, que juntos saban ese sabor (y quizás hasta un color) bacán. Melancólico, como mis lentes.

Nos juntamos, marchamos. Nos sentamos afuera de Beauchef con unas chelas, a vista de los pacos. Al rato se acerca un loco y nos regala otra chela. Quería ir a combatir. Nosotros la tomabamos mientras veíamos cómo el guanaco dejaba la cagá. Le alcanzamos a devolver los envases justo a la tia. Después corrimos un poco de los pacos, y nos separamos. Me vine, vi una película de esas de drama motivado por el amor, y jugué. Ahora escribo.