martes, 19 de agosto de 2008

un cigarro

queda la necesidad de salir una capa de esta vida y uno lo aprecia con el último cigarro que le queda.
que ganas de que no se acabe o luego de pasar el momento de vicio mirar el lugar donde estaba y que siguiese allí, mirandote y diciendote: por más que te hago daño tu te lo haces más a ti mismo.
lo miro y me pregunto: quién te habrá metido en esta dulce cajita, la cual tiene el sabroso aroma que a tantos nos da seguridad? y el te responde como en un suspiro: quieres averiguarlo? saber mi pasado, mi vida y mi presente?
creo que si, balbuceas mientras intentas imaginar qué es lo que te tiene que decir. lo miras y crees que el te devuelve la mirada, soy yo te dice y tu crees asimilarlo.
cuando te das cuenta que él es algo especial intentas saber qué se sentirá fumar nuevamente el último cigarro. el no quiere y te recuerda: no seas curioso, la curiosidad mató al gato, y en un último atisbo de no-razon le respondes, por suerte no soy un gato
lo tomas entre tus dedos y cierras los ojos para que tu tacto tambien pueda deleitarse con algo que te da tanto placer. cuando los abres te das cuenta que ese cigarro nunca existió y que el último cigarro que te disponias a fumar ya se ha quemado entero sobre el cenicero y sientes que te dice: por qué me mal utilizaste?
y te quedas sin palabras, jurando por enésima vez dejar de fumar.

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