lunes, 17 de julio de 2017

Después del sí

El tiempo se detuvo.

Pensé en lo que significaba ese sí, en las consecuencias.

En el cambio súbito que tomaba el rumbo de las cosas.

Le noté un peso a la conversación, inesperado, un sentido más profundo que el propuesto al inicio de la llamada, casi doloroso.

Mi cuerpo y mi mente se llenaron en un segundo de miles de propuestas, decisiones, consideraciones de reacciones, una respuesta múltiple, orgánica, devastadora.

Asimilé tan bien (o mal) la noticia, la entendí tan bien (o mal), que aunque una risa cambió un sí por un no, nada se deshacía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada nada se deshace?
F