sábado, 15 de abril de 2017

Me acuerdo de sus manos, mientras escucho Demoliendo hoteles, y leo la segunda parte de la trilogía, súbitamente viene el recuerdo.


Horas después, me levanto súbitamente del sillón en el que estoy leyendo y escuchando música, porque me acuerdo de la quinta. Y descubro que tengo un correo, de esos que te avisan que hay un nuevo comentario anónimo, y luchando contra la desesperación de leer qué dice, termino de escribir esto antes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Irías a ser ciega que Dios te dio esa manos?" Ese es una parte de un poema de Huidobro, de esas cosas que parece que no se me va a olvidar. No me gusta ser tu musa intacta.
Porque yo no estoy inmóvil, y no soy un recuerdo. Soy Huidobro, no un par de manos.
Vi tus fotos y disfruté tu paisaje! Cómo va la rodilla?
Una pequeña angustia me dio en la guata al leer que no encontrabas donde alojar. Creo que tus necesidades se van diversificando a medida que avanza el tiempo y eso me alegra mucho. Así abres espacio a lo que realmente es importante, lo que uno necesita no debería ser mayor a los dedos de una mano.
El rucio se fue y tú también te fuiste, pero yo esta vez me quedo, ni intacta ni inmóvil, simplemente me quedo haciendo patria, porque hoy lo que necesito se reduce a 5 cosas, a 5 dedos de mi mano.
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